El Arte de mirar al techo.

Quién no recuerda la primera vez que se declaró a alguna mujer, o en el caso de las mujeres… Su primer……”Si, quiero ser tu enamorada”?
Miramos al pasado y nos causa mucha gracia el talento natural de ser ingenioso para esas cosas del corazón…tiempos aquellos no?? !!!
Escribir cartas a quemarropa, poemas cursis, saliditas al parque, sentarte en la puerta de su casa por horas y horas, pero no lo sientes por que la misión del día es agarrarle la mano, te considerabas exitoso cuando le plantabas un beso. Pero para esa escena triunfal había toda una producción montada, ensayos, asesoramiento por parte de los amigos más experimentados del barrio o del colegio.
Practicar el beso suave con una almohada, practicar tu dialogo solo en tu dormitorio… en el mejor de los casos mirando al espejo o de lo contrario al techo.
Llegaba el día en que veías a la que será tu compañera y empiezas a repasar rápidamente todo tu guión… finalmente ella llega a la escena y por arte de magia se te olvida todo… coño!!! Y empiezas a realizar una improvisación que más parece trabalenguas, no entiendes ni un carajo de lo que estás diciendo, pero la persona que está escuchando todo… inexplicablemente te dice: Eres un lindo! ..., luego, fiel al estilo militar solicitas permiso para plantar un beso en aquellos labios de terciopelo
Y así es como uno se gana el cielo… Alguna duda?